lunes, 22 de diciembre de 2014

No preguntes solo mira.


 
Impunidad y otras lindezas.

Añoro la España de don Quijote, el país de Labordeta, aquella Celestina que juntó un amor tan conocido como Romeo y Julieta. Añoro los girasoles en lienzo, las playas de Sorolla, a Velázquez, al piano de Albéniz. Añoro el teatro de Lope, los versos de San Juan, el misticismo de Santa Teresa, el “buen amor” del Arcipreste. Busco aquel poeta perdido por las calles de Nueva York y nuevamente perdido bajo la tierra que lo vio nacer. Busco la Granada que no vio Alberti, al caminante de Machado, al pirata de Espronceda. Busco los aceituneros de Hernández, las armas cargadas de futuro de Celaya. Busco la palabra que le queda a Blas de Otero, la Ítaca de Lluís Llach, al vasco salmantino. Busco aquel puerto que encontró un nuevo mundo y sus gallegos. Busco a La Pepa en La Granja.Cuántas cosas que añorar y que buscar. ¿Y qué encontramos? Encontramos a la España de Gürtel, el teatro de las tramas mafiosas, el circo embaucador del Pequeño Nicolás.

La España de la mentira y la farsa, la sombra de la Transición. La España de los piratas bancarios, de los desahucios, la España de la impunidad. Pero no es en los causantes en quienes hemos de poner la esperanza en el cambio. El cambio es nuestro. Empieza en uno, continúa en dos y acaba en todos. Avancemos hacia el cambio. Miremos de lo que hemos sido capaces y consigamos cosas gloriosas porque somos extraordinarios.

¿Y por qué yo no?

Posiblemente, esta pregunta es a la que se van a enfrentar muchos de los padres y madres españoles estas navidades. Según el informe de Unicef Los niños de la recesión,España tiene 2,7 millones de menores viviendo en situación precaria. Al mismo tiempo, se han realizado 16.767 ejecuciones hipotecarias en el tercer trimestre de 2014, según diarios nacionales. Muchas de estas familias tendrán que hacer frente a lo que puede ser su peor época del año.

El hecho de poder celebrar una sencilla cena, sin lujos ni excentricidades, para sus hijos costará, a muchos, esfuerzos inimaginables. Mientras la mayoría de la población española nos quejamos de no poder adquirir los últimos modelos en tecnología o artículos de la nueva marca de moda, un número importante de mujeres y hombres tendrán que explicar a sus hijos por qué en sus casas no han venido los Reyes Magos. ¿Por qué a mí no, mamá? es
la pregunta que mostrará la desilusión de miles de niños cuando vuelvan a las aulas y se sientan inferiores a sus compañeros al ver que ellos no tienen regalos, ya no para presumir, sino para enseñar.

Puede que esto haya sido culpa de los mayores, al haber acostumbrado a gran parte de las nuevas generaciones a tener de todo. Ahora, muchos de ellos no tienen nada y, desgraciadamente, a los niños puede que les importe más no ser infravalorados por sus amigos o compañeros por tener menos cosas que disponer de alimentos para comer.

Cortina de Humo.

Sin dudar de la importancia que puede tener el derecho a decidir o la indisolubilidad del sacro territorio español, los días pasan y los problemas reales de los españoles y de los catalanes (o de los catalanes y los españoles, elijan el orden que prefieran) siguen.

 El número de parados en España sigue cerca de los 4,5 millones de personas, con una tasa que ronda el 25%, por no hablar del desempleo juvenil (por primera vez desde 2011 hemos superado a Grecia y ya una cuarta parte de los jóvenes europeos sin trabajo son españoles) o de los numerosos desahucios. La sociedad ha virado hacia un extremo individualismo y, o empezamos a mirar por el bien común, o acabaremos sufriendo todos

De vuelcos y miserias

Por mucho que anuncie a bombo y platillo el señor Rajoy que España ha dado un auténtico vuelco en su economía, las noticias españolas me deprimen y preocupan. No sé si hablará acaso de los negocios del clan Pujol y sus grandes beneficios, pero lo cierto es que estos días, de tanto vuelco, he sufrido un revolcón al enterarme, con la ingenuidad de un pobre universitario francés que trabaja para pagar sus deudas, que parte de la fortuna de los Pujol está invertida en acciones de la empresa Arcelormittal.

Solo quiero recordar aquí que, tras un conflicto de varios años teniendo como telón de fondo la crisis siderúrgica en esta parte del mundo donde aún los trabajadores siguen cobrando sueldos de miseria, Arcelormittal decidió cerrar hace dos años los últimos altos hornos de Francia dejando toda una región —Lorena— exangüe. La presión de las agencias Moody’s y Standard & Poor’s había aumentado la deuda de la empresa y había de satisfacer a los accionistas.

Poco valor tiene el trabajo de los obreros frente a la inmensa e indecente fortuna de esta familia molt honorable responsable, junto a tantos otros accionistas, de la miseria moderna.

martes, 2 de diciembre de 2014

No todas las personas son tan inútiles como yo




Estoy harta de la charlatanería sobre la corrupción por parte de todos los políticos, no quiero oír ni una palabra más, quiero actuaciones radicales contra los mangantes. La mala noticia es que escribo esto y al mismo tiempo me siento desalentada e inerme, porque no sé cómo luchar contra el grado de indecencia que hemos alcanzado. Pero la buena noticia es que no todas las personas son tan inútiles como yo lo soy. Hay un abogado y estupendo novelista, Antonio Penadés, que ejerce la acusación popular en un caso especialmente repugnante: recordarán que Blasco, consejero de Cooperación y Solidaridad de la Generalitat Valenciana (ay, Camps, Camps), se quedó con seis millones de euros de nuestros impuestos destinados al Tercer Mundo (un dinero para necesidades críticas y reales, un dinero que sin duda ha costado muertes), más 177.000 euros de las donaciones de los valencianos tras el terremoto de Haití. Con eso, Blasco y su panda se compraron pisos de lujo, un yate, un Cadillac... Horteras de bolera, corazones de plomo. Pues bien, gracias a los fiscales, a Penadés y a la abogada de la Generalitat, esos miserables fueron condenados y a Blasco le cayeron ocho años de cárcel.
Ahora Penadés y otros (Muñoz Molina es socio de honor) han montado Acción Cívica, una asociación independiente y apolítica contra la corrupción. Se personarán como acusación popular y brindarán su apoyo a otros abogados. Me emociona y consuela comprobar una y otra vez que existe gente así. Mujeres que tras regresar molidas del trabajo le preparan la cena al anciano vecino; bomberos que recogen alimentos para familias necesitadas; ciudadanos de a pie que, como Penadés, sabe defendernos. La vida sería invivible sin ellos. Yo ya me he hecho socia (accion-civica.org).
Con los datos disponibles, la economía japonesa contrajo su ritmo de crecimiento un 1,6% entre julio y septiembre, en términos anualizados. La decepción es evidente dadas las previsiones de crecimiento del 2,2% que se habían proyectado para ese periodo. La contracción define la cuarta recesión desde el inicio de la crisis y puede explicarse en gran parte por la reacción de la demanda de las familias al aumento en el impuesto sobre el consumo del pasado abril. Un golpe serio a la Abenomics: esa tríada de actuaciones o las tres flechas —reformas, estímulos monetarios y expansión fiscal— destinadas a garantizar un crecimiento sostenido y el definitivo abandono de la deflación. Se trataba de las acciones económicas más agresivas que ha tomado Japón desde que entrara hace casi dos décadas en recesiones sucesivas con deflación. Algo se ha conseguido: depreciar el yen de forma considerable y renovar parcialmente el estado de ánimo de los empresarios.
Pero es verdad que la decepción domina. En realidad, como destaca el Banco Mundial, la economía japonesa ha crecido un 0,95% de promedio entre 1991 y 2013. Ahora es bastante probable que el gobierno retrase la segunda elevación del IVA, prevista para octubre del año que viene, con el fin de no deprimir aún más el consumo.
Eso no será suficiente para conseguir apoyos de los grupos de población más dañados por el estancamiento, debido a la percepción de que las flechas lanzadas por Abe han podido mejorar más a las grandes empresas, desde luego a las exportadoras, que a las pequeñas y a las familias. La mayoría de la población, sin embargo, contempla con inquietud la hipoteca que supone tener una deuda pública que ya supera el 240% del PIB, aunque es cierto que su financiación, casi en su totalidad con ahorro japonés, nunca ha ofrecido el más mínimo problema. No ha de extrañar que, tras esos registros de la tercera economía mundial, en la última reunión del G20 se advirtiera del impacto depresivo sobre las previsiones de crecimiento de la economía mundial. Esa recuperación global es probable que sea tímida, desigual en su alcance y poco generadora de empleo. Un escenario en el que no solo Japón actúa como lastre, sino la propia eurozona.
El diagnóstico de las economías europeas que comparten moneda no es mucho más esperanzador. El crecimiento conjunto no repunta del 1%, cuesta reducir el desempleo y la inflación es históricamente reducida. Las políticas fiscales siguen siendo muy distantes de las que aconseja el sentido común y la política monetaria todavía no ha tomado las decisiones que otros bancos centrales abordaron hace años. Haría bien el nuevo presidente de la Comisión Europea en concretar cuanto antes su plan de inversión paneuropea; y las autoridades alemanas en analizar lo que ocurre en Japón cuando se retrasan demasiado los estímulos a la demanda.
Quiero hacer un reconocimiento especial a organizaciones como Cruz Roja o Cáritas. Nacieron para llegar ahí donde el brazo del Estado no llegaba con el fin de cubrir ciertas necesidades. Ahora, con una crisis que nos atormenta y un presidente que brilla por su ausencia, son ellas las que se encargan de que el significado de Estado social se lleve a término. Gracias. Y gracias a todas aquellas personas que las forman —que cada día son más— por romper la idea ya aceptada en nuestra sociedad de que el hombre es egoísta por naturaleza. Porque el hombre, por naturaleza, tiene la capacidad de decidir. Y siempre hay dos opciones.

martes, 11 de noviembre de 2014

ESCÁNDALO: Los “sátrapas” de Bruselas aprobaron, para sí mismos, jubilación a los 50




En Bruselas no hay pozos de petróleo, pero como si los hubiera, nadan en dinero (el nuestro).
ESCÁNDALO: Los “sátrapas” de Bruselas han aprobado, para sí mismos, la jubilación a los 50¡Viva la Europa de los ladrones! - La jubilación a los 50 para los funcionarios de la Unión Económica Europea ha sido aprobada con pensiones mensuales de 9.000€. ¡Es normal que no quede nada para nosotros! Habréis notado que los políticos tienen un gran interés por entrar en la Administración Europea , ¿por qué? ... Muy simple, este año 340 funcionarios se jubilan con 50 años y una pensión vitalicia de 9.000€ mensuales (no es una coña, son 340 jubilados x 9.000€/mes x 12 meses x 40 años = 1.468.000.000€ que tendremos que pagar nosotros y nuestros hijos). Y esto es solo una muy pequeña parte.
De este modo dejan sitio a nuevos funcionarios de los países que últimamente han entrado en UE (Polonia, Malta,… todos tienen derecho a un trozo de teta). ¿Quién paga esto? Nosotros, que hemos trabajado y contribuido para lograr una pensión vergonzosa, mientras que los que hacen las leyes se hacen regalos como este. La diferencia entre ellos –los dioses del Olimpo- y nosotros –los currantes- es ya demasiado importante, abusan de nosotros y nuestra paciencia de forma desvergonzada.
ESTOS ALTOS FUNCIONARIOS DE BRUSELAS SON UNA VERDADERA MAFIA. Los tecnócratas europeos disponen de unas pensiones que ni siquiera los parlamentarios tienen, que ya es decir. 
Giovanni Buttarelli, controlador adjunto de protección de datos, tendrá derecho a una pensión de 1,515€ mensuales tras 1 año y 11 meses de servicio. Más que un ciudadano corriente tras 40 años de cotización. Su colega, Peter Hustinx, después de 10 años de servicio obtendrá una pensión de 9.000€ mensuales. Es sencillo, nadie les pasa cuentas y hacen lo que ellos quieren. 
Roger Grass, procurador en el Tribunal Europeo, se marcha con 12.500€ mensuales. Pernilla Lindh, juez de tribunal de primera instancia, 12.900€ al mes. Ruiz-Jarabo Colomer, español, abogado general, 14.000€ al mes. Podéis ver una lista en francés en:http://www.sauvegarde/%<http://www.sauvegarde/%20retraites.org/docs/Retraite_Hauts_fonctionnaires_europeens_Annexe_3_Etude_27.pdf>20retraites.org/docs/Retraite_Hauts_fonctionnaires_europeens_Annexe_3_Etude_27.pdf<http://20retraites.org/docs/Retraite_Hauts_fonctionnaires_europeens_Annexe_3_Etude_27.pdf____
En esa lista aparece un tal Jacques Barrot ( 73 años) con una pensión de 4.728,60 € por 5 años como comisario europeo de transportes. A esa hay que añadir su pensión como antiguo diputado en Francia, la de ex ministro, la de ex presidente del Consejo General de la Haute Loire , la de alcalde de Yssingeaux y, como corona final, el 23 de febrero de 2010 lo nombraron miembro del Consejo Constitucional. Es como si, en la misma jornada, te tocara la lotería, el euromillón, el bonoloto y la quiniela. 
Para ellos, solo con 15 años de servicio, 70% de su último salario como pensión, además de poder acumular pensiones. Nosotros hemos de trabajar 40 años (dentro de nada serán 42) y cobramos menos. El sistema de pensiones además dicen que está en quiebra (meter miedo para rebajarlas), cada vez nos piden que trabajemos más años para tener derecho a una exigua pensión, pero para ellos con 15 años basta y además se ponen pensiones millonarias y varias. 
Se están burlando de nosotros en la cara, nos están ordeñando. Antes eran solo los miembros de la Comisión Europea , ahora hay que sumar jueces, abogados, procuradores, mediadores, controladores,… toda una caterva de sanguijuelas. Y lo mejor:NO COTIZAN UN CÉNTIMO, PAGAMOS NOSOTROS. 
Todos ellos ocupan esos puestos para asegurar que “se cumplan las leyes”, que “los costes sean lo más bajos posible”… ¡Bonito ejemplo! Y además nos dan lecciones sobre presupuestos, nos juzgan, crean directivas para ahorrar,… Yo creo que es una provocación. 
Deberíamos tomar medidas o no nos quedará nada. Recuerdo a nuestros antepasados en la Edad Media , tenían un rey o un señor feudal que les agobiaba con impuestos. Si no pagaban podían perder una mano, o un hijo, o una vaca. Creo que tenían suerte, los de ahora no necesitan usar ese tipo de violencia tan escandalosa, basta con hacer una ley que les permite entrar en tu cuenta y sacarte el dinero sin avisarte, o cargarte un recargo del 300% por algo que no has pagado a tiempo.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Serán los pobres los que trabajen “más y gratis” ahora también para el Gobierno.




Se cumplen 25 años de la caída del muro de Berlín. Con la caída —aunque físicamente siga en pie como monumento a la libertad— de aquel Muro, la democracia invadió, como las aguas de aquella presa de la película Cuando ruge la marabunta,todo el este de Europa.
Fue maravilloso. Pero paradójicamente con la democracia comenzó a extenderse por el mundo otro muro, aunque invisible, mucho más ancho y largo que la Muralla China: la desigualdad, que separa cada vez más a pobres y ricos. Y no hablo sólo de la desigualdad entre el primer y el Tercer Mundo, sino también, y sobre todo, de esa desigualdad que se ha ido potenciando e incrementando entre los habitantes de las naciones más ricas de la Tierra.
Hoy, en estos países hay gentes que padecen hambre, como si del Tercer Mundo se tratase. Hoy hay familias, en ese primer mundo, con pobreza extrema y al mismo tiempo los ricos son, cada día, más ricos. Todo esto ha ocurrido no porque el liberalismo y el capitalismo sean sistemas económicos poco útiles o poco eficientes, todo lo contrario: son los mejores —diría que los únicos— para crear riqueza. Lo que ha ocurrido es que uno de los principios del capitalismo y del liberalismo que incide en la inoportunidad de los monopolios ha quedado instaurado, contradictoriamente en este sistema. La desaparición de las URSS dejó en manos del capitalismo el sistema económico mundial, sin alternativa, y por tanto el capitalismo se convirtió en un monopolio y, además, universal.
Se destapa un caso de corrupción y el ciudadano X es imputado. Si X es político o tiene que ver con un partido enseguida es arropado por el mismo y se pone en duda el procedimiento judicial. Se habla de persecución instigada por los adversarios políticos. El partido rival pide colaboración con la justicia y apoya al juez, cuando el imputado es de su partido la obstruye y se pone en duda la imparcialidad del magistrado.
Si las pruebas contra X son muy evidentes, su partido lo aparta aunque sigue arropándole bajo cuerda. En ocasiones resulta más práctico perseguir al juez instructor. Se le acusa de prevaricación y sus colegas, afines al partido del imputado, le condenan y le apartan de la judicatura. Se procura dilatar el proceso al máximo para que la indignación ciudadana se diluya en el tiempo y el caso deje de ser de actualidad. Si finalmente, al cabo de los años, el imputado es condenado, se le indulta y se va a su casa a disfrutar de lo robado. Mientras tanto, Gobierno y oposición practican el “y tú más”, dicen que hay que tomar medidas y bla, bla, bla.
A raíz de los datos de la última encuesta del CIS que pronostican el vertiginoso ascenso de Podemos, andan nuestros próceres intentando asustar al personal de a pie con el terremoto y la hecatombe que sufrirían este país y sus habitantes si el tal Iglesias llegara a gobernar. Y se piensan que tales miedos conseguirán espantar la intención de voto hacia esa opción.
¡Ingenuos! Esos asustadores que viven bien instalados en sus sillones no han terminado de enterarse de que debajo de donde ellos disfrutan de todas las comodidades habitan millones de gentes que ya lo han perdido todo, incluida la esperanza de salir del agujero. A un padre de familia con más de 50 años, en el paro, intentando sobrevivir día a día a base de chapuzas y jornales sin contrato alguno; a un joven de 20 años sin más estudios que los obligatorios que ni aquí, ni fuera de aquí, tiene posibilidad de encontrar un trabajo digno; a la madre separada y con un par de hijos a la que niegan una beca de comedor para sus pequeños; al matrimonio de ancianos que amenazan con desahuciar y dejarlos en la calle con lo puesto... A esos quieren meterles miedo contándoles que si Podemos alcanza el poder va a nacionalizar los bancos y las compañías que distribuyen los servicios básicos o van a eliminar los conciertos en la sanidad y la educación. ¡Van listos!
Me viene a la memoria un reportaje en el que Marta Nebot preguntaba a los diputados cuántas llamadas de trabajo y cuántas personales hacían desde el teléfono pagado por el Congreso, pagado por todos. Ninguno pudo negar que hacían llamadas personales. Así que les pido que me expliquen cómo lo justifican al Congreso para que yo pueda hacer lo mismo con Hacienda, aunque aparentemente lo tengo más fácil porque mis facturas son por el importe mínimo contratado. ¿Facilidades a los jóvenes? ¿Apoyo a los emprendedores? No me hagan reír.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Ah, el sistema.




Y entonces asistimos esta semana a la emotiva ceremonia de los perdones. El primero fue el de Esperanza Aguirre, que no estaría de más pensar que, fiel a su estilo, quisiera adelantarse al perdón de su jefe. Pero han llegado tarde los dos con las disculpas. Lo que se percibe es que la realidad no consigue cambiarles, pegarles un meneo, son rocosos en su manera de hacer política: piden perdón y en cuanto se calienta el debate exigen al del partido de enfrente que pida perdón también, para que nadie pueda creer que asumen en solitario todas las culpas. Hablo en plural aun a sabiendas de que hay políticos honrados, reconociendo también que esto no surge en cualquier país, sino que ha brotado del nuestro y que no es casualidad, que será por algo. No aprenden, aunque esta semana les hayamos notado un ligero temblor en sus discursos y un tono más pálido en la piel. No saben que hay algo que estamos esperando hace tiempo, algo que no sé nombrar, pero que comparto con ciudadanos que, creyentes en el sistema democrático, han concluido esta semana que hay que jubilar a estos antisistema que han malbaratado la democracia, que quieren arrebatarnos lo público para beneficiarse ellos; que nos roban, ante todo, la confianza en el futuro. Y eso no tiene perdón.

Ah, el sistema. Tanto que han hablado los señores diputados del peligroso acecho de los antisistema, tanto que han querido blindar plazas y avenidas para disolverlos, tanto que han alertado en sus tertulias contra el perroflautismo, y han resultado ser ellos los que cucamente y con el nudo de la corbata bien ajustado socavaban el sistema desde dentro, vulnerando las instituciones que debían proteger al ciudadano del mangoneo y saltándose la legalidad que decían defender. Cómo imaginar que andaban dinamitando el sistema desde dentro.

domingo, 26 de octubre de 2014

Desnudos frente al Medio-Ambiente.




Ni a lo largo de la asamblea de Podemos ni entre sus conclusiones documentales conocidas ha aparecido referencia al medio ambiente. Los mecanismos participativos de la nueva formación no han considerado las cuestiones ambientales no ya prioritarias para España, sino siquiera dignas de mención. Cierto es que los partidos tradicionales siguen entendiendo en mayor o menor medida lo ambiental como un adorno, prescindible en malos tiempos, y no como raíz de los problemas y escenario de las soluciones, pues no alcanzan a comprender (o desprecian) su verdadera envergadura y trascendencia. Pero que un proceso supuestamente renovador y con largas miras como Podemos no repare en la “centralidad” que urge otorgar al medio ambiente no hace sino situarlo en el mismo nivel de miopía administrativista que padecen los demás partidos. Por profunda, duradera e injusta que esté siendo la crisis, su impacto en el futuro de España será mucho menor que el del desastre ecológico general que venimos tolerando y agravando. Si Podemos no hace crecer esta certeza entre sus filas, seguirá ofreciendo más de lo mismo.

Ante la multitudinaria reunión del pasado fin de semana de Podemos, y ante las reiteradas descalificaciones y sospechas de manipulación en las votaciones y demás irregularidades, quiero expresar mi opinión: Podemos es una formación de nueva creación y de distintas opiniones y sensibilidades. Desde mi punto de vista, su “filosofía” expresa una intención clara de regenerar el panorama político español. Démosles al menos el beneficio de la duda.

Si la mesa se convierte en el principal elemento diferenciador entre un Consejo de Ministros y el consejo de administración de una gran empresa porque quienes ocupan sus respectivas sillas son las mismas personas, es obvio que el Estado tiene un gran problema.
No es ningún secreto que el destino natural de exministros y expresidentes sea ocupar poltrona en el consejo de administración de alguna gran empresa, siendo también frecuente ver a antiguos miembros del consejo de administración de dichas empresas ocupando importantes cargos gubernamentales.
Es evidente que una tan estrecha amistad, que bien podríamos calificar como endogámica, es la clave para entender extrañas decisiones políticas que difícilmente podrían hallar explicación sin tan singular relación.

Obviamente, esta confusión de consejos hace que la soberanía en ciertos sectores parezca, más que en manos del pueblo, en las de ciertas empresas, lo que acaba finalmente costando caro a los ciudadanos. El sector energético sería el perfecto paradigma de la simbiosis Gobierno-empresa.

Como no existe el Nobel de humoristas gráficos, tal vez el Príncipe de Asturias sea el mejor reconocimiento a su trabajo. Cuando decimos humorista gráfico, en el caso de Quino deberíamos decir filósofo, humanista, educador y muchas más cosas, poniendo “gráfico” al final. Mafalda ha sido una genialidad que ha ensombrecido a otra genialidad muy superior: Quino después de Mafalda. Estimados amigos (cualquier seguidor de Quino es amigo), muchos de vosotros os habréis quedado colgados de Mafalda y no cabrá en vuestra cabeza que su creador pudiese superar este trabajo, pero sí que lo hizo y con creces. Evidentemente, la extensión en el tiempo (1964-1973) de este pequeño personaje ayudó a que consideráramos a Mafalda de la familia y a que atrapara nuestros corazones. Pero ¡ay! esto ha impedido que avanzáramos en el conocimiento de los demás trabajos de su autor.
Por eso cuando Quino se acercó ayer a recoger su Premio Príncipe de Asturias, no solo le acompañaba Mafalda, la primera y más entrañable; también iban con él un sinfín de personajes de los que no conocemos su nombre, pero no por eso son menos geniales.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Por mi parte como si le roban la corona al Rey.





Veamos:
 si cualquiera puede acercarse de esta forma al Rey, támbien le podrian pegar dos tiros;
 Esto de muestra la incompetencia del Ministro de Interior y de su panda de consejeros que no estan a ninguna altura, ni de circunstancias ni de trabajo, siguen actuando a su antojo, sin importarles las consecuencias de sus actos, es una representación más de su inutilidad, por eso tendrian que dimitir.

El 75% del Gobierno Aznar está imputado, cobró sobresueldos o                                                                                           duerme en prisión

El presidente y once de los 15 ministros del penúltimo Gabinete 

del PP en la época del presidente de Faes están en la cárcel,

 imputados o figuran en la contabilidad del PP investigada en

 el 'caso Bárcenas' por presunta financiación ilegal.

Mientras el PP tenga mayoría absoluta, no habrá una comisión de investigación en el Congreso sobre el uso de las tarjetas black. Los conservadores se han vuelto a negar a esta propuesta de la Izquierda Plural durante la Junta de Portavoces de este martes. Según los asistentes a la reunión, el debate no ha durado ni un minuto.


La investigación judicial del caso Bankia marca un antes y un después en la política española. Los partidos que tuvieron representantes en Caja Madrid están tomando medidas en las que valoran mucho la necesidad de mostrarse reactivos. Recientemente el PSOE expulsó sumariamente a una decena de afiliados que habían desempeñado cargos en esa entidad y usado sus tarjetas opacas, y ahora una persona de tanta relevancia en el Partido Popular como Rodrigo Rato ha pedido la suspensión de militancia. Todo esto contribuye a crear la sensación de que la corrupción y las prácticas abusivas se extienden inconteniblemente, cuando la realidad es que se trata de un ajuste de cuentas con el pasado.
Lo positivo es que todo esto apunta una línea más dura no solo contra la corrupción, sino respecto de prácticas que, delictivas o no, deberían haber sido aclaradas por los partidos, incluso a través de vías parlamentarias. Que Rato se aparte del PP no quiere decir que se hayan resuelto las presuntas implicaciones de este partido en la corrupción: el juez del caso Bárcenas llama ahora a declarar como imputado a Ángel Acebes, ex secretario general del PP, en la investigación por una pieza separada del caso Gürtel —que, por cierto, lleva seis años en tramitación—.Personas de relevancia en la esfera pública no pueden esperar comprensión social cuando se ha sabido que derrochaban el dinero en extravagancias o gastos suntuarios mientras se perdían los ahorros de decenas de miles de clientes en operaciones de alto riesgo de las cajas de ahorros. Pero es verdad que pueden cometerse injusticias al no distinguir suficientemente entre la responsabilidad de quienes construyeron el sistema que ha permitido las prácticas abusivas o fraudulentas y la de los que lo continuaron; entre quienes eran conscientes de que estaban recibiendo dinero negro y los que no. La investigación judicial debe aclararlo. Pero la gente ya no soporta la espera de sentencias definitivas, ni siquiera aguarda la imputación formal de los implicados. Se entienden los motivos, aunque no deja de inquietar la despreocupación por el derecho a la defensa.
La presión social sobre la política no se acompasa con los progresos de una maquinaria judicial tan inexorable como lenta. En vísperas de un año electoral, la ejemplaridad en la esfera pública ha pasado a ser un valor esencial.

sábado, 11 de octubre de 2014

El ébola, y la seguridad.




Las noticias que nos llegan indican que las precauciones para evitar el ébola en Madrid eran mejorables, pero no es momento de desviar la atención buscando culpables. Ahora, es necesario contener y evitar la expansión de la enfermedad. La pregunta es: ¿quiénes son los expertos al cargo y cómo se han elegido? España cuenta con profesionales internacionalmente reconocidos en todos los campos de la salud y este es el momento de utilizarlos. Debe dejarse la dirección del problema a los mejores expertos, incluyendo a los que puedan tener experiencia previa en manejo de situaciones similares. Los políticos deben dejar a un lado su tendencia a preferir personas fieles o afines, en aras de la ahora imprescindible eficacia, y dejarles hacer sin interferir. Además, se les debe proporcionar los medios ya que esta situación no permite recortes de ningún tipo. Deben considerar pedir colaboración al Centro para el Control de Enfermedades de EE UU, la mayor autoridad mundial en este tema, sin duda encantada de ayudar. No podemos fallar.
Para ponerse y quitarse el traje no hace falta hacer un máster. Para ser consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid no hace falta ni un máster, ni dos dedos de frente, ni un ápice de vergüenza. Para ser auxiliar de enfermería en un hospital público madrileño hace falta mucho coraje.
Excalibur ha sido sacrificado. Ahora tendremos que buscar a sus “amigos del parque”, a sus propietarios y familiares directos, al veterinario que le atendía, a todas las mascotas que compartían servicios clínicos, al conserje de la vivienda de sus propietarios, etcétera. Así hasta que erradiquemos la enfermedad. ¿Excalibur dio positivo? ¿No hubiese sido más interesante ver la posible evolución del virus en el perro? ¿Están controlados todos los perros que merodean por las aldeas de Sierra Leona? Señores del Gobierno, sean serios en sus decisiones.
Resulta conmovedor ver cómo la gente se ha movilizado para salvar a un perro que podría estar contagiado por ébola. Hemos hecho que arda Twitter con Salvemosa Excalibur y hemos conseguido recoger más de 316.000 firmas de apoyo. De repente todos somos defensores de los animales. ¿Cómo hemos podido llegar a tales niveles de hipocresía? Nos hemos dejado la piel para intentar salvar a un perro, algunos incluso literalmente al oponerse al sacrificio en la puerta de la vivienda y salir malparados. Cada día mueren y se sacrifican perros, por no hablar de los elevados niveles de abandono. Si de verdad queremos solidarizarnos contra las causas injustas, podríamos actuar y presionar a todos y cada uno de los Gobiernos para que enviasen a África las ayudas y los medios necesarios para combatir eficazmente el virus. Medios de los que nosotros disponemos pero que no compartimos con ellos y que salvarían cientos de vidas humanas.

viernes, 10 de octubre de 2014

Satanás gobierna España.




Colocar a José Antonio Sánchez al frente de Televisión Española es tan sensato como responsabilizar a Ana Mato de la lucha contra el ébola o encargar a Mónica Oriol la defensa de los derechos de la mujer. También como hacer ministro del vatio a José Manuel Soria, prestar una tarjeta de crédito a Rodrigo Rato o encargar a Sonia Castedo la recalificación de unos terrenos de propiedad pública. Lo mismo que confiar a la justicia el caso Fabra, a Ana Botella la alcaldía de Madrid o a Juan Cotino la presidencia de las Cortes valencianas. Igual que instalar a Bárcenas de tesorero del PP, a Morenés de ministro de Defensa o a Rafael Spottorno de jefe de la Casa del Rey. No digamos lo que significa tener a Wert en Educación, a Fátima Báñez en el Ministerio de Trabajo o a Jaume Matas como modelo de conducta.
No hemos cambiado de párrafo porque se nos hayan agotado los ejemplos, sino porque se nos ha agotado la paciencia. La descomposición legal y la ilegal se han trenzado de tal modo que no hay manera de distinguir a los corruptos de las tramas civiles, cercanas al poder, que les prestan su apoyo. Lo de las tarjetas de Caja Madrid es la erupción de un grano en una piel infinitamente granulosa. Corrupción en pantalla panorámica, corrupción político financiera o viceversa, pero corrupción estructural en todo caso. No hay una sola institución en la que al mirarnos, como en un espejo, nos devuelva una imagen respetable. Es una cuestión de tiempo que o bien dejemos de mirarnos o bien que, a modo de mecanismo de defensa, dejemos de vernos. Y eso de no verse en el espejo es grave. Cuando le sucede a un individuo, da en cuestión de horas con sus huesos en el frenopático. Las sociedades aguantan más, pero también tienen su límite.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Los esclavos modernos, se creen todavía ciudadanos.




Creen votar y decidir libremente quién conducirá sus asuntos, como si aún pudieran elegir
Pero, cuando se trata de escoger la sociedad en la que queremos vivir, ¿creen ustedes que 
existe una diferencia fundamental, entre la 
socialdemocracia y la derecha populista en
 Francia, entre demócratas y republicanos en Estados Unidos y entre laboristas y conservadores en el Reino Unido? No existe ninguna oposición, puesto que los partidos políticos dominantes están de acuerdo en lo esencial: la conservación de la presente sociedad mercantil.

Ninguno de los partidos políticos que pueden acceder al poder pone en  entre dicho el dogma del mercado. Y son esos mismos partidos los que, con la complicidad
mediática, acaparan las pantallas; riñen por pequeños detalles con la esperanza de que todo siga igual; se disputan por saber quién ocupara los puestos que les ofrece el parlamentarismo mercantil. Esas pobres querellas son difundidas por todos los medios de comunicación con el fin de ocultar un verdadero debate sobre la elección de la sociedad en la que queremos vivir. La apariencia y la futilidad dominan sobre el profundo enfrentamiento de ideas. Todo esto no se parece en nada, ni de lejos, a una democracia.
La democracia real se define en primer lugar y ante todo por la participación masiva de
 los ciudadanos en la gestión de los asuntos de la ciudad. Es directa y participativa.
.Encuentra su expresión más autentica en la asamblea popular y en el dialogo
permanente sobre la organización de la vida en común. La forma representativa y
parlamentaria que usurpa el nombre de democracia limita el poder de los ciudadanos al
simple derecho de votar; es decir, a nada.
 Escoger entre gris claro y gris oscuro no es una elección verdadera
Las sillas parlamentarias son ocupadas en su inmensa mayoría por la clase económicamente dominante, ya sea de derecha o de la pretendía izquierda social demócrata.

No hay que conquistar el poder, hay que destruirlo. Es tiránico por naturaleza, sea

ejercido por un rey, un dictador o un presidente electo La única diferencia en el caso de la “democracia” parlamentaria es que los esclavos tienen la ilusión de elegir ellos mismos al amo que deberán servir. 
El voto los ha hecho cómplices de la tiranía que los oprime
Ellos no son esclavos porque existen amos, sino que los amos existen porque ellos han elegido mantenerse esclavos.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

La desconfianza del aforamiento y de sus privilegiados.




 Si bien, en un comienzo, el aforamiento de determinadas personas, en función de su cargo, tuvo un sentido histórico positivo (entre otras cosas se buscaba garantizar la separación de poderes), el tiempo ha demostrado que la razón de existir de dicha institución de carácter procesal carece de cualquier justificación en la actualidad. Además, compromete seriamente a otros principios y derechos de mayor calado democrático como son el de igualdad ante la Ley, el  derecho al juez natural o el derecho a la doble instancia. En cualquier caso, cada país es un mundo, y en cada mundo esta innecesaria institución procesal genera unas disfunciones diferentes, pero todas complican su encaje en los ordenamientos modernos.
El aforamiento –en los términos en que se viene utilizando actualmente y respecto de la discusión que se ha abierto sobre su necesaria reforma o supresión– implica una alteración, de carácter legal, de las reglas procesales de competencia, atribuyendo a un juez distinto del natural la facultad para entender de aquellos procesos penales que se sigan en contra de determinadas personas por razón de su cargo.
En la actualidad, si podemos confiar en las cifras que da el ministro de Justicia, contamos con un total de 17.621 personas con distintas clases de aforamiento, lo que representa un auténtico problema, no solo por la cantidad sino por lo que ello significa dentro de la estructura de lo que debe ser un Estado Democrático y de Derecho.
Ante el debate abierto en torno a esta institución procesal, especialmente desde la abdicación de Juan Carlos I, Gallardón ha propuesto limitar el número a un total de 22 centrándolo en los " titulares de los poderes del Estado: el presidente del Gobierno, los presidentes del Congreso y del Senado, el presidente del Tribunal Constitucional y el presidente del Tribunal Supremo, más los 17 presidentes de las comunidades autónomas".
Partiendo de que el ministro incurre, seguramente de forma consciente, en un error semántico –los únicos titulares de los poderes del Estado son los ciudadanos–, es claro que una reforma de estas características, que no pretende más que reducir el número de aforados, no soluciona el auténtico desfase jurídico y político que el aforamiento representa.
En el moderno entendimiento del Derecho, y de lo que ha de ser la estructura de un Estado, no se termina de comprender la necesidad de aforar a nadie, entre otras cosas, porque dicha previsión legal solo ha servido para generar auténticas disfunciones legales que conllevan, primero, un privilegio y, luego, una merma de derechos.
El privilegio proviene de la alteración de las reglas de competencia y de la radicación de estos procesos en órganos jurisdiccionales que, en virtud de nuestro actual ordenamiento, son más proclives a estar políticamente orientados. Recordemos que, dependiendo de la posición que ocupe el aforado, serán competentes para entender de sus causas bien los correspondientes Tribunales Superiores de Justicia bien el Tribunal Supremo, y todos sabemos cómo se designa a los titulares de dichos órganos.
La merma de derechos procede, en los escasos supuestos de condena, de la imposibilidad de acceder a una segunda instancia revisora, si el caso es enjuiciado por el Tribunal Supremo. Es decir, el reverso de la moneda de esta figura solo lo verían aquellos que finalmente terminen condenados.

Todos aquellos que cumplen algún tipo de función pública no sólo han de ser responsables de sus actos, sino que, además, en caso de incurrir en algún tipo de responsabilidad, los hechos deberían esclarecerse ante su juez natural y, si me apuran, por sus iguales, los ciudadanos a través del Tribunal del Jurado. Esos ciudadanos a quienes los aforados dicen  representar o en cuyo nombre ostentan el poder del que, para verse imputados, han hecho mal uso.
La propuesta de Gallardón ha tenido como primera respuesta, en clave interna, la formulada por el fiscal general del Estado, que considera que Jueces y Fiscales han de mantener su aforamiento; es decir, Torres Dulce barre para casa y trata de mantener un privilegio impropio en un moderno Estado de Derecho.
Tal vez Torres Dulce no ha tenido tiempo de hacer un análisis de la situación en otros países de nuestro entorno, pero debería saber que la institución que se pretende reformar y  salvar ni tan siquiera es digna de existencia ; no son pocas las democracias sólidas en las que todos los cargos públicos se someten a la Justicia de sus iguales y apuntar en la dirección contraria no parece ni lo más modernizante ni la solución al actual problema que nos afecta.
Defender que jueces y fiscales deban mantener un privilegio como el aforamiento no es más que un síntoma de desconfianza hacia los propios jueces que, por no pertenecer a un determinado alto Tribunal, no estarían capacitados para investigar los hechos que hayan podido, o no, cometer otros jueces o fiscales. Así, no se refuerza la función jurisdiccional y sí se acrecientan las fundadas sospechas que los ciudadanos tienen hacia el poder judicial y, especialmente, hacia determinados órganos jurisdiccionales cuando de investigar y enjuiciar a aforados se trata.
No basta con reducir el número de aforados porque la desconfianza que el aforamiento genera en los ciudadanos se asienta no sólo en el número de privilegiados, sino también, y especialmente, en cómo se configuran los órganos judiciales a los que compete entender de los casos de aforados; dicho en otros términos, no es una cuestión de número sino de confianza democrática en la conformación de los Tribunales encargados del enjuiciamiento de los aforados o del acceso a las plazas en dichos Tribunales. Por tanto, la mejor reforma de la institución pasa por su supresión.
Junto con lo anterior, debemos tener presente que el principio de igualdad ante la Ley, y más concretamente en la aplicación de la Ley, también se ve afectado por esta institución procesal; en la actualidad, por razón del cargo que se desempeña o la responsabilidad que se tiene, no todos somos iguales ante la Ley ni tampoco en su aplicación y, sin duda, con este único argumento bastaría para derogar aquellas normas que regulan el aforamiento.
En España, a diferencia de lo que ocurre en países como Colombia, ser aforado sigue siendo un privilegio impropio de un moderno Estado Democrático y de Derecho y lo que no podemos hacer es continuar manteniendo el mismo sin renunciar a parte esencial de ese carácter democrático. Una auténtica y sólida democracia no necesita aforados sino una justicia ejemplar y ejemplarizante con aquellos que, amparados en la función pública, quiebran y abusan de la confianza que los ciudadanos hemos depositados en ellos.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Usaba una caja de tomates vacía como cuna para mi bebé"




"Durante 3 días no tuvimos comida ni agua.
Usaba una caja de tomates vacía como cuna para mi bebé"

Quince días después de dar a luz a su hija esta familia yazidi tuvo que abandonar su hogar con lo puesto. Chenar, la madre, nos cuenta: "A las 2 de la madrugada comenzaron a atacar nuestro pueblo. Así que huímos."

El viaje fue muy duro. Montó con su marido, sus 3 hijos y su suegro en el coche y pasaron una semana conduciendo de ciudad en ciudad, buscando un refugio.

Hubo un momento en que el coche dejó de funcionar y tuvieron que vender lo poco que tenían para pagar la reparación y poder continuar la huída.

Su llegada al Kurdistán iraquí tampoco fue alentadora. Aquí estaban a salvo pero no tenían nada. "Dormíamos en el suelo en el patio de un edificio público. No había baños, no había agua."

"Mi suegro estaba destrozado. Cada vez que miraba alrededor y veía la situación en la que estábamos rompía a llorar".

Recientemente han encontrado refugio en uno de los 9 campos que ACNUR ha levantado en Irak. Han recibido una tienda de campaña, colchones, mantas y otros artículos de primera necesidad.

La foto superior fue tomada a su llegada a la tienda. "No sé que nos deparará la vida ahora pero estoy segura de que vamos a estar mejor aquí."

Como te mostraba en mi email de la semana pasada, ACNUR está finalizando la entrega de ayuda a medio millón de personas pero la situación de violencia es tan dramática en Irak que por cada familia que atendemos hay todavía otras 3 durmiendo al raso mientras esperan a recibir ayuda.

Se acerca el invierno y nuestra principal preocupación es poder protegerles a todos del frío y la lluvia.
¿Podría contar contigo, Fernando carlos, para conseguirlo?

Mensualmente o de forma puntual, pequeña o grande, cada aportación en una situación como ésta se convierte en fundamental.

Darles una manta cuesta sólo 3 euros. Necesitamos recoger toda la ayuda posible.


Muchas gracias, como siempre, por tu tiempo y tu solidaridad.

Un saludo cordial,


María Ángeles Siemens
Directora General

Pd: Si la historia de esta familia te ha emocionado, te animo a que la compartas con otras personas sensibles como tú. Muchas gracias.

Las cuatro torres de Mordor




 He podido escribir los cuentos más tristes este verano. “ El verano es la época del hedonismo, de los paisajes bellos, los estímulos diferentes, las noches más largas para habitar”, leo en la sección de autoayuda encubierta de El País Semanal. A veces creo en la autoayuda. Porque se trata de eso, de un acto de fe, ¿no? Como la confianza. También creo en los horóscopos. En especial el de Susan Miller. El día que voy a casa de mis padres a comer leo el SModa ritualmente mientras me encierro en el baño como cuando era adolescente (mi cuarto fue desmontado hace tiempo, este, el baño, es mi compuerta de conexión con el pasado) hasta llegar a la página final del horóscopo. Acuario: “La luna llena será un momento ideal para sumergirse un poco en una ensoñación creativa e imaginar un horizonte mejor. Asegúrese de escuchar a esa pequeña voz interior”. Mi voz interior, lo que me dice, es que el verano también puede ser el infierno para quien no puede largarse a cualquier otro sitio lejos de su rutina.
 
Un día de mediados de julio, a la una de la tarde (las epifanías suelen tener lugar entre semana y en horas anodinas), justo cuando te encuentras cortándole el filete a tu padre en cachitos, comprendes de golpe de qué iba eso del ciclo de la vida, de hacerse mayor, de la inversión de roles y de la recompensa a todo lo que tus padres han hecho/hicieron por ti. Estoy en la habitación 314 del hospital Nuestra Señora de América, un hospital triste y privado en medio de la auténtica nada (es decir, el barrio de Arturo Soria), mi padre lleva ingresado más de quince días y he venido a relevar a mi madre, que pasa aquí los días y las noches. Vengo para que ella pueda abandonar este barrio de nada y acercarse al menos al bullicio del Barrio de la Concepción, donde oficialmente comienzan las desigualdades y la vida. Tomo el 143, que baja desde mi casa la ladera de Génova, sube la de Jorge Juan, vuelve a a bajar por Alcalá, dobla por la Plaza de las Ventas, cruza por la Avenida Donostiarra y llega hasta aquí. Me deposíta en frente de un centro comercial. Y comienza mi turno en ese lugar aséptico y frío donde la simpatía forzada de las enfermeras me recuerda todo el rato lo que somos aquí: clientes.
 
Clientes que contratan salud. Mis padres han pagado toda la vida un seguro privado. Recuerdo la discusión proverbial y bizantina en todas las comidas de Navidad: mi tío trabaja como médico en lo que mi madre llama “el seguro” (luego entendí que esta es la forma viejuna de llamar a la sanidad pública) y mis padres son de Sanitas (un seguro privado). Es una de esas conversaciones cuyos términos no entiendes de niña, por lo que te quedas con el registro emocional de lo que está pasando. Mi madre denostando furibundamente la pública (esperas, colas, olores, compartir habitación): siente que poder acceder a un seguro privado le ha librado de muchas incomodidades a las que antes estaba condenada. Siente que puede elegir. Mi tío defiende apasionadamente la pública, reconociendo todos los problemas pero asegurando (el verbo de nuevo) que todo está cambiando, que cada vez se hacen las cosas mejor (estamos en los ochenta/noventa), qué ¿hace cuánto no vas tú a un Centro de Salud? (en realidad ellos siguen diciendo "ambulatorio", mi abuela decía "casa de socorro").
 
Crecí en un ambiente presuntamente socialista ( psoista, digamos, felipista, ¡confesemos!), donde por la mañana iba al cole público y por la tarde, eventualmente, iba a un médico privado del barrio de Salamanca. No viví en mis carnes lo que era la sanidad pública hasta mi primera baja laboral a los veinte años y agradecí el cambio de escenario. Aquellos centros de salud blancos y azules eran muy preferibles a todos esos pisos-consulta del barrio de Salamanca, donde señores con apellidos compuestos (y generalmente muy mala leche) te obligaban a recorrer pasillos larguísimos de tarima crujiente para tratarte de modo condescendiente. Cuando mi padre fue diagnosticado de una enfermedad degenerativa, Sanitas le dobló la cuota, después de casi cuarenta años de fidelidad. Unilateral, claro.
 
Gracias a la manía de mis muelas a picarse y a que ahí abajo tengo una zona susceptible a contagios y una también presunta fábrica de hijos (sin haberla yo pedido, a lo mejor hubiera preferido una selva con tucanes, pero ahí esta) que hay que vigilar, mínimo, anualmente, ambos dos caprichos míos que la sanidad pública se niega a cubrirme, hoy sigo haciendo visitas regulares a la sanidad privada. Pero no es lo mismo hacer visitas que estancias. Y este triste cuento de verano va de estancias junto a un enfermo mientras los demás disfrutan de la estación del hedonismo y “ habitan las noches eternas”. Exacto, noches eternas de calor en un sofá pegajoso de piel, revistas del corazón y rutinas de medicamentos que te acabas aprendiendo de memoria, sinestesia de lo desagradable (heces, mucosas, heridas, sangre, orina...), convertirte en una oreja gigante cuando hay crisis relacionales, mover en peso a un adulto inmóvil (crujido pélvico o dorsal), muchas mañanas de tragarte íntegramente Espejo Público y Al Rojo Vivo (consecutivamente), comida insípida de cafetería de hospital y capear con la tristeza e impotencia (líquidos altamente corrosivos).
 
Mientras le doy el filete sin sal a mi padre veo desde la ventana de la habitación las cuatro torres de Mordor o, perdón, las Cuatro Torres Bussiness Area. Aguanta la horterada de nombre. La Torre Bankia, la Torre PwC, la Torre de Cristal y la Torre Espacio: cuatro torres tiene mi ciudad, cuatro corporaciones que me la guardan. El parque empresarial fue construido sobre los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, dice Wikipedia. Bonito skyline, señor Fernández. Durante la década pasada, pasé ocho años fuera de Madrid. Al volver me habías, nos habías, cambiado el horizonte. Me impresionó.
 
Esa misma tarde voy a apuntarme a la piscina “pública” más cercana a casa (si había que pasar el verano en Madrid, había que inventarse el cómo). El nombre de  CLECE en la placa de bienvenida. De nuevo tú, Florentino. Tus teńtaculos han amasado toda la ciudad, como los del  Señor Matanza de la canción aquella de Mano Negra. “Él decide lo que va, dice lo que no será, decide quién la paga, dice quién vivira. El Señooor Matanzaaaa...”. Cada baño me costará cinco euros. Y el abono solo me sirve para esta piscina; si un día me apetece irme, qué se yo, a la de Lago, tendŕe que pagar allí de nuevo la entrada. Se llama co-gestión, qué eufemismo, Floren, cómo sois, cómo amasais también el lenguaje. CLECE comenzó gestionando la limpieza del aeropuerto Barajas (ante de ser Suárez) y ha terminado controlando, no sólo el paisaje de esta ciudad, sino la co-gestión de cosas tan dispares como  la mayoría de las guarderías “públicas” de la ciudad o los  Teatros del Canal (sí, podemos decir que el señor Boadella trabaja para Pérez, ¡¿cómo se  os queda el cuerpo?!).
 
Él decide lo que va, dice lo que no será
Decide quién la paga, dice quién sufrirá
Esa y esa tierra y ese bar son propiedad
Del Señor Matanza
Cuando no manda, lo compra
Si no lo compra, lo elimina...
No se puede caminar sin colaborar con...
 
Me alegro de que se acabe ya este verano de ciudad neoliberal desierta con horizonte rayado por torres y comparaciones odiosas entre todos los que se han quedado y los que se han podido ir. En fin, yo solo quería escribir algo sobre la enfermedad y los cuidados sin que fuera solo triste. O más bien sin que fuera melodramático. Porque la enfermedad pasa mientras te ríes un rato, comentando un chorrada en la parada del bus, y esa noche, si puedes, saldrás a bailar y en las fiestas del barrio alguien quizá pinchará Mano Negra. Y te hartarás a bailar. Por el lado más bestia de la vida.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Producción permanente o futuro




Las necesidades de energía en el mundo crecen de forma continua debido a dos factores: el aumento de la población y el del consumo per capita asociado a un mayor nivel de bienestar de los países más pobres. Por esta razón se registra un incremento medio en el consumo total de energía del orden del 1,5% anual. Pero lo más grave es que la calidad de la energía producida empeora, con el resultado de que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera asociadas al uso de los combustibles fósiles, está aumentando a un ritmo superior, aproximadamente un 2,5% anual en lo que va de siglo. La razón no es otra que la presencia creciente del carbón como fuente de energía primaria, especialmente en los países más poblados y con desarrollo más rápido, China e India, que compensa con creces la sustitución parcial del carbón por gas natural en otros (esencialmente en Estados Unidos debido a la extracción masiva de gas de esquisto).
Para colmo, dos países muy industrializados y comprometidos en la lucha contra el cambio climático han contribuido al empeoramiento de la calidad de la energía. En Japón, tras Fukushima, el cierre de la práctica totalidad de las centrales nucleares en funcionamiento, que proporcionaban el 30% de la electricidad del país, ha llevado a que una gran parte de esa energía sea ahora generada a partir de combustibles fósiles, habiendo abandonado formalmente los objetivos fijados de reducción de emisiones. En Alemania, uno de los países líderes en la promoción de energías alternativas, y por la misma razón, se han cerrado un cierto número de reactores nucleares cuyo resultado ha sido el aumento de la contribución del carbón como fuente de energía y el de las emisiones anuales por primera vez en décadas.
La energía es un ingrediente tan esencial en toda actividad humana que las condiciones de su suministro, tanto en cantidad como en calidad, son un factor determinante para la sostenibilidad de nuestras sociedades. El rasgo más significativo en la estructura actual de dicho suministro es la presencia dominante de los combustibles fósiles (más del 85% de la energía primaria comercial proviene de esta fuente) y los peligros derivados de este hecho. En primer lugar, de dependencia respecto de los países en donde se sitúan las principales reservas, dada la extrema heterogeneidad con que están distribuidos en la corteza terrestre; en segundo lugar, sus limitaciones intrínsecas al no ser una fuente renovable, lo que se traducirá en las próximas décadas no tanto en su escasez como en la mayor dificultad para extraerlos y mayores precios, aunque a largo plazo es evidente que llegarán a agotarse; y en tercer lugar, sus efectos medioambientales.
Conviene detenerse un momento en este punto debido a su potencial gravedad. El CO2 que se emite como consecuencia del uso de los combustibles fósiles es un gas de efecto invernadero y modifica las condiciones en las que la atmósfera regula los intercambios energéticos con el entorno y, en última instancia, la temperatura y otros fenómenos ligados a dichos intercambios. No hay dudas razonables acerca del aumento de dicho gas en la atmósfera debido a la actividad humana, ni tampoco de que los niveles actuales son superiores a los registrados al menos en el último medio millón de años en la historia del planeta, con un ritmo instantáneo en términos geológicos. La consecuencia es lo que se ha venido en llamar cambio climático, y lo que está menos claro es cómo influirá de forma concreta en nuestras sociedades, pero se trata de un fenómeno de dimensión global como es difícil imaginar para otros posibles efectos de la actividad industrial, y de consecuencias potencialmente catastróficas para nuestro modo de vida.
Justamente este carácter global es el factor que determina la dificultad para luchar contra él. Las consecuencias sobre un determinado país no están relacionadas con lo que haga ese país, sino con el conjunto de todos ellos y, como quien tiene la capacidad de dictar normas son los Gobiernos nacionales, no hay incentivos para que estos actúen. Únicamente la conciencia de los peligros derivados de dicho cambio puede servir de acicate actualmente para que las autoridades nacionales tomen medidas que, en el corto plazo, pueden ser impopulares e incluso lesivas económicamente aunque resulten obligadas con una perspectiva de más largo plazo. El caso es que no se ve por el momento una actitud decidida, más bien estamos en época de retrocesos debido a la ocurrencia de la crisis como demuestran los datos enunciados anteriormente, en particular los referidos a las emisiones de CO2.
Parece, pues, evidente que tarde o temprano tendremos que afrontar lo que ha venido en llamarse una “transición” energética hacia un esquema más sostenible. En otras palabras, hacia una producción de energía menos basada en los combustibles fósiles. El ritmo con que debe ser recorrido el camino hacia esa transición ha sido estudiado por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPPC) y la Agencia Internacional de la Energía (IEA) en forma de escenarios que permitan afrontar cambios más o menos “aceptables” en las condiciones climáticas del planeta. Desafortunadamente, los datos empíricos muestran que nos alejamos de cualquier escenario mínimamente “controlable”, lo que no es extraño dada la falta de decisión real de los países decisivos en este campo.
El cambio en el suministro energético, guiado por la previsión de los peores efectos del actual u obligado por las circunstancias cuando probablemente muchos de esos efectos se hayan materializado, será largo y requerirá que se actúe en muchos sectores: regulación, precios, concienciación, innovación tecnológica, etcétera, con medidas de gran calado, algunas de las cuales no serán fáciles comprender por la opinión pública. Por supuesto que los combustibles fósiles serán parte importante de la ecuación durante mucho tiempo, lo que implica que los problemas de dependencia seguirán presentes y que cualquier alivio en este sentido será positivo. Lo importante es que su absoluta predominancia actual vaya disminuyendo y vayan adquiriendo más importancia las energías no basadas en el carbono, renovables y nuclear. Ambas tienen problemas específicos para su despliegue; por eso el cambio es difícil. Pero durante mucho tiempo una adecuada combinación de renovables y nuclear puede ir sustituyendo a los combustibles fósiles que componen la mayor parte de nuestra dieta energética actual. Es concebible, en un horizonte muy lejano, un escenario con energías renovables únicamente, aunque la ocurrencia de tal escenario sólo sea posible, incluso con actitudes de los poderes públicos más decididas que las actuales, en plazos de una escala incomparablemente más larga que aquella en la que debemos actuar. Por eso resulta un pésimo negocio, desde el punto de vista medioambiental, la sustitución de energía nuclear por combustibles fósiles, como está sucediendo en algunos países, o la utilización de las renovables para disminuir parte de la potencia nuclear en lugar de sustituir potencia fósil.
El impulso a las renovables, que es el ingrediente básico de la transición energética, se ve afectado también por las dificultades de todo fenómeno global. Aunque su despliegue en masa sea inevitable a largo plazo, en el corto puede ser costoso para quienes lo afronten aunque todo el mundo se beneficie de sus efectos. De ahí la necesidad de regular con inteligencia los incentivos a dicho despliegue y la posibilidad de que se produzcan consecuencias lesivas desde el punto de vista económico, como en los casos de España o Alemania, durante periodos limitados de tiempo. Pero estos accidentes del camino no cambian la importancia estratégica del impulso a las energías renovables, pieza central de esa transición energética, ni pueden comprometer su desarrollo, especialmente el tecnológico, incluyendo la fase de inserción en el mercado. No sólo la actividad de innovación tecnológica es básica para permitir el cambio masivo a un nuevo esquema energético de forma ordenada y eficiente, sino que servirá (en nuestro país puede decirse que está sirviendo ya) para crear un potente sector industrial de futuro, nuevos puestos de trabajo y actividad económica ligada a nuevas exigencias sociales. No me cabe duda de que se producirá la transición energética a que me estoy refiriendo, el problema es si se impulsará con tiempo y de forma ordenada o vendrá forzada por circunstancias fuera de nuestro control.