sábado, 27 de julio de 2013

A estas alturas, el silencio de Rajoy es indicio de culpabilidad personal


Con negar una y otra vez la evidencia no se disipan las razonables sospechas
Nuestra diferencia con el relato mítico consiste en que aquí nadie tiene voluntad de limpiar unos establos, cuya suciedad encierra el peligro de ahogarnos a todos. No solo en las democracias es ley de cumplimiento general que la corrupción es mucho más que un subproducto ocasional del sistema político, pues acaba infiltrándose en su funcionamiento y en las relaciones de poder hasta pervertirlo.
Pero si en regímenes autoritarios y dictaduras el imperio de la corrupción orquestada desde el vértice forma parte de su naturaleza, en una democracia resulta incompatible con su supervivencia como tal. No lejos de esa situación se encuentra hoy España. Resulta, en consecuencia, lícito plantear la exigencia de su eliminación cuando la metástasis alcanza al nivel del Gobierno y este la tolera.
Solicitar la dimisión de Mariano Rajoy no es un acto demagógico, en la medida que bajo su doble presidencia, del Gobierno y del partido, han tenido lugar espectaculares procesos de corrupción, con apropiación de grandes cantidades de dinero público, por individuos que desempeñaban posiciones relevantes en el organigrama del PP, sin que sobre todo ello existiera el necesario control. Además, hay indicios de trato benévolo por su parte en el caso Bárcenas. Un líder político en su posición no puede pretender que cuando actos delictivos tienen lugar a cargo de gentes de su partido, incluso con altas responsabilidades, nada de eso tenga que ver con él. Y, por supuesto, no sirve esgrimir la presunción de inocencia hasta que se pronuncien los jueces en última instancia. Los casos Gürtel y Bárcenas, o el caso Gürtel-Bárcenas, ofrecen la imagen de un Partido Popular infectado por la corrupción, lo cual ciertamente a Rajoy debiera preocuparle por encima de los resultados electorales. Con negar una y otra vez la evidencia no se disipan las razonables sospechas.

Desde hace mucho tuvo los medios para resolver la situación, si de veras ignoró su génesis, ya que no solo se trataba de comportamientos individuales, sino de actuaciones que comprometían al partido, proporcionando simultáneamente a los corruptos grandes beneficios económicos. En su poder estaba haber puesto en marcha una investigación interna, atendiendo así a un deber moral hacia los suyos y hacia la sociedad española, dado el punto a que habían llegado las cosas. Nada hizo, y amparó las palabras y los hechos de los dirigentes del PP negándolo todo. Amparó también la ofensiva de los suyos que contribuyó a la destrucción del juez descubridor de la trama.
Por los mensajes cruzados con Bárcenas hasta mediados de marzo, conocemos tanto la puesta en práctica de su habitual táctica de cautela, de no mojarse directamente, como el apoyo al extesorero, a quien aconseja resistir. Estas revelaciones del enriquecido personaje ofrecían a Rajoy la ocasión de al menos esbozar una explicación de lo sucedido, ya que la estrecha relación entre ambos se convertía en innegable. Tampoco lo hizo y difícilmente lo hará el 1 de agosto. Solo que, a estas alturas de los acontecimientos, el silencio es indicio de culpabilidad personal y factor de desprestigio para el conjunto de su partido y para la propia democracia española.
Entre las virtudes políticas de Rajoy se encuentra la de ofrecer un discurso que en sí mismo apenas ofrece blancos para la crítica. Nunca explica nada, se limita a afirmar que siempre hace lo que tiene que hacer, sería peor que no lo hiciera y, en el plano económico, que la culpa es de la herencia recibida. Era así ya como ministro, cuando tropezaba con un tema vidrioso —le recuerdo en el tema de los archivos de Salamanca y Cataluña—, buscando evitar todo desgaste. Ahora, a la vista del visto bueno dado por el Supremo a la actuación de Jaume Matas, pues no otra cosa es su condena a unos meses, Rajoy jugará a exigir respeto a la actuación de los jueces sobre los casos que le conciernen. El tiempo pasará y la factura política quedará impagada.
La debilidad de la oposición reside en que la basura de la corrupción también la alcanza, si bien en menor medida. La dimisión de Griñán en Andalucía es al tiempo un signo y una buena noticia, ante la previsible evolución del caso de los ERE. Pero también aquí encontramos una actitud opaca de los gestores socialistas, sin la menor intención de esclarecer las cosas por sí mismos, incluso disfrazando la Junta su intervención en el proceso como una acusación pública que deviene instrumento de defensa. La riada depuradora de Hércules no deja por ello de ser necesaria.
Tanto monta, monta tanto, Rubalcaba como Mariano. Y asi nos va a los ciudadanos teniendo que soportar a dos partidos que niegan la corrupción en sus filas y atacan el sistema judicial constantemente cuando este intenta investigar los casos de corrupción. Necesitamos gente nueva en política y listas abiertas junto con una Ley de Transparencia igual, al menos, que la inglesa. Mientras esto no suceda y dimitan todos estos altos cargos de PP y PSOE seguiremos siendo rehenes de estos trileros.

martes, 23 de julio de 2013

construir una red social sólida, concienciada y decidida a tomar la iniciativa en la construcción de una sociedad libre de vasallajes a poderes ilegítimos y corruptos.


Que una mafia gobierne un país, que unos delincuentes sean los que determinen nuestras vidas, que estos sean los que dicten las leyes represivas para que la gente no pueda protestar, que envíen a sus perros-policías o sus policías-perros a reprimirla, que estos delincuentes tachen de delincuentes a los que piden sus derechos, todo esto, a mí no me sorprende nada, a un anarquista no le sorprenden estas cosas, es consciente de que su lucha ha sido siempre pelear contra eso, lo realmente deprimente es comprobar cómo mientras más represión ejerza el poder sobre el pueblo mayor sumisión se percibe entre los sumisos de siempre, mayor dejadez entre la gente dejada. Y lo malo es que todo está dentro de la normalidad. El insumiso es más insumiso, pero sigue estando sólo… y los sumisos tratan de llevarlos por el “buen camino”
Los votantes son los únicos animales que tropiezan varias veces en la misma piedra. Especialmente los españoles. El PP en su peor resultado recogido y previsto aun ganaría al PSOE de Rubalcaba.
Naturalmente, la causa y culpa de ello no se debe solamente a los defectos de los partidos, sino también al pensamiento y justificaciones de los ciudadanos.
Es una discusión estéril la de mantener que ambos significan lo mismo por su pertenencia al sistema capitalista, que, por otro lado, es la única posibilidad real de hacer política en España actualmente, por demás intentos existentes, tales como marxismos, anarquismos, abstencionismo y propuestas de otro corte, cuya felicidad e ilusiones de todos ellos envidio. No tiene, en mi opinión, viabilidad ni constitucional ni lo que es más grave social, quedando reducidos a juegos de artificio por muy honestos que sean y que en su mayoría lo son. Por supuesto, desgraciadamente y siempre en mi opinión la posibilidad de una revolución que derribase el sistema es muy lejana, por muy mal que consideremos la situación socio política del país y en especial la económica y la laboral.
Pero digámoslo de una vez por todas, que PP y PSOE no son lo mismo es una evidencia fácilmente constatable, aunque no colme nuestras expectativas.
Baste ver los brutales recortes económicos que está llevando a cabo el PP en todos los campos que afectan a las clases medias y que no hace falta enumerar porque por desgracia ustedes lo están sufriendo. Y no digamos nada en lo ético, en las libertades y en los derechos sociales.
Efectivamente la pertinacia del señor Rubalcaba en mantenerse al frente de PSOE por muchos mandatos de cuatro años que le hayan sido conferidos resulta mortal para el resurgimiento de este partido. Debería pensar el señor Rubalcaba, que siempre alega que seguiría mientras sea útil a su partido, dos cosas:  Una, que no es acertado que sea el núcleo cerrado e interesado de su partido el que confirme o no su utilidad y dos, que no es procedente la utilización que hace del tiempo de mandato que le ha otorgado su partido, puesto que el bien alega en contra del mandato que su partido y los votantes le han concedido al señor Rajoy,  al cual ya ha pedido dos veces su dimisión. Los cumplimientos a rajatabla de los calendarios no son siempre un signo positivo, las circunstancias y la flexibilidad de criterios son lo que nos convierte en acierto.
Durante la dictadura la corrupción estaba tan extendida o más que ahora. Pero entonces se tapaba y además su campo de acción quedaba reducido a menos y más privilegiados estamentos sociales. Llegada la democracia y en contra de lo que parecía que todo iba a resultar luminoso, la corrupción afloró en todos los campos y con toda virulencia y ello en todos los partidos gobernantes, tanto en unos como en otros y tanto en el gobierno como en la oposición, así como en sindicatos y multitud de organismos.
Como consecuencia de los mecanismos de control democrático, especialmente el judicial, España se ha convertido en una charca séptica con todo tipo de desmanes, la mayoría de ellos sin sanción o con levísimas sanciones si son descubiertos.
Y lo que diferencia a la democracia española de las democracias consolidadas es que si se descubre un caso de corrupción el grupo al que pertenece el corrupto, en particular si es político, lo defenderá a ultranza y hasta lo irracional. Mientras en las otras democracias el corrupto destapado es durísimamente atacado, destituido, sancionado, penado y expulsado por su propio grupo. Ello en parte debido a que las religiones protestante calvinista son absolutamente intolerantes con la corrupción, cosa que no ocurre en los países de fuerte contexto católico.
En consecuencia: es imprescindible novar nuestro sistema político y ético de una manera seria, firme y conjunta si no queremos continuar viviendo en esta triste farsa.
No, el PP no es igual al PSOE. Por lo menos en las formas.. veamos en el fondo.
Dejando al un lado los temas sociales, que ahí sí hay una gran diferencia, creo que en los temas económicos y de Estado son tal para cuál. Ambos estan subordinados al mandato del Capital; Rubalrajoy hará lo que ordene la troika y Obama. Los dos se han beneficiado del dinero que, durante varias décadas, ha afluido a España desde la UE, y los dos lo han despilfarrado. Ambos son corruptos y amparan a corruptos; ERES, Gurtel y la ruina de varias cajas repartidas por toda España son el ejemplo. Los Hunos crearon la burbuja y los Otros no quisieron ser aguafiestas. La Justicia española es el resultado de 30 años de gobierno bipartidista. ZP colocó a Dívar sabiendo lo que había. Los dos partidos han amparado las presuntas corruptelas de la C.Real. OTAN y escudo antimisiles son obra de los gobiernos socialistas, mientras el PP arruina al ejército pero mantiene los beneficios de las empresas de armamento.
Los dos partidos estan muy cómodos con este sistema, no lo quieren cambiar por mucho que lo digan con la boca pequeña. Ambos son los culpables del fracaso de esta democracia. El pueblo también tiene parte de la culpa, pero puedo encontrar alguna justificación. 40 años sin ciudadanía y responsabilidad política tiene su precio y se adoptan malas costumbres. 
Qué ha hecho el PSOE o qué piensa hacer para remediar este desastre?
Es difícil llegar a un acuerdo con las otras fuerzas progresistas? porqué? Solo con la unión se podrá desalojar a las sanguijuelas del poder.