sábado, 19 de mayo de 2012

Que no cunda el pánico el ¿'Corralito' en los bancos?




  • Prohibir sacar el dinero desataría el pánico en todos los bancos
  • Los bancos con problemas tendrán el respaldo del Estado
  • Europa ayudó a Irlanda con su banca a cambio de sacrificios
  • El caso argentino fue 'muy diferente', según el IE Business School
  • Krugman defendió la burbuja inmobiliaria para salir de las punto.com
  • España ya ha financiado más de la mitad de la deuda que vence en 2012

Siempre se ha dicho por mi tierra, Hacienda que tu amo te atienda y sino que te venda. ¿ A quien se le ocurre dejar su dinero para que lo inviertan estos iluminados ? Con esta gente hay que tener los negocios justos y necesarios.
iedo. El mismo que desató Orson Welles‎ con la emisión de 'La Guerra de los Mundos' y el que escenificó el niño de 'Mary Poppins' cuando el banquero quiso quedarse con su penique, es el que han despertado noticias como la nacionalización de Bankia y el fracaso político de Grecia. Tras casi cinco años de crisis, la palabra de moda en España es 'corralito', como ocurrió en Argentina hace más de una década. ¿Hay motivos para preocuparse? No parecen casos similares.
Todo comenzó esta semana con una entrada en el blog de Paul Krugman: 'Eurodämmerung', 'el ocaso del euro'. Además de vaticinar la salida de Grecia de la 'moneda única', el premio Nobel pronosticó una fuga masiva de depósitos de los bancos españoles e italianos y "tal vez, sólo posiblemente", controles a posteriori paralimitar la retirada de dinero.
Su impacto en la opinión pública hizo que el Gobierno saliese al paso. "En España es imposible que haya un corralito", respondió el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.

¿Qué dice Krugman?

El economista estadounidense planteó que la salida de Grecia del euro provocaría grandes fugas de dinero de los bancos españoles e italianos a Alemania. "Quizás, sólo posiblemente", las autoridades limitarían o prohibirían entonces la retirada de dinero, lo que se conoce como 'corralito'.
Mientras, dice Krugman, el Banco Central Europeo inyectaría grandes cantidades de dinero en los bancos para evitar su colapso. Entonces "Alemania tendrá una elección": o cede ante España e Italia y garantiza sus deudas a la par que acepta una mayor inflación, o "el fin del euro".
"Y estamos hablando de meses, no de años", concluye Krugman en su blog de 'The New York Times'. Blog en el que defendió en 2002 que Alan Greenspan crease una burbuja inmobiliaria para reactivar el consumo de los hogares tras el fiasco de las 'punto.com'. Burbuja que ha provocado la peor crisis económica mundial desde la Gran Depresión.

Calma

"El 'corralito' es un escenario absurdo. Tendría que haber un pánico masivo y no parece el caso porque ya hay bancos intervenidos y ayudados y no se ha cerrado ninguna cuenta", afirma Juan Carlos Martínez Lázaro, economista de IE Business School.
"Es una hipótesis que no se maneja. Hay 'cortafuegos' preparados para una salida del euro de Grecia y el Tesoro, aunque más caro, sigue financiándose en los mercados", añade. Además, el saneamiento de la banca "está en marcha" y "dispone del apoyo del Estado".
Este saneamiento obligará a los bancos a contar con un mayor colchón de provisiones frente a sus préstamos al 'ladrillo', tanto buenos como de riesgo. Las entidades que no puedan hacerlo en solitario recibirán ayudas públicas.
Por otra parte, el caso de España "no es el caso de Argentina. Lo primero que hizo aquel país fue suspender pagos", explica Martínez Lázaro. Además, tenía su moneda ligada al tipo de cambio del dólar y sus distintos gobiernos no atacaron su alto endeudamiento público.

¿Saco el dinero?

La Ley garantiza, con un tope de 100.000 euros por titular, los ahorros en cuentas y depósitos bancarios. De ello se encarga el Fondo de Garantía de Depósitos (FDG), que fue reformado para ayudar también a los bancos en problemas.
En caso de que el FDG se quede 'seco', el Gobierno ha comprometido su apoyo para estabilizar las cuentas de los bancos con ayudas públicas. No obstante, las garantías no cubren las inversiones realizadas en productos de renta fija o variable.
Por otra parte, tener el dinero oculto bajo el colchón no garantiza nada. "Hay que domiciliar la nómina, los pagos de la casa... sería absurdo", afirma el economista de IE Business School.
En el improbable caso de que se prohibiese sacar dinero de un banco, tampoco serviría traspasarlo a otro: el 'corralito' se extendería a todo el sistema financiero, no estando ninguno a salvo pese a su solvencia.

Los bancos, protegidos por el Estado

Si el Gobierno crea un 'corralito', desataría el caos en la banca española y, por extensión, en Europa. Prohibir la retirada de dinero de una entidad contagiaría la desconfianza al resto, y el sistema financiero se hundiría, como ocurrió en Argentina.
Una de las experiencias aprendidas en la crisis fue la bancarrota de Lehman Brothers. El Gobierno estadounidense dejó quebrar al banco de inversión en septiembre de 2011, lo que desató el pánico. Dos días después enmendó el error y salvó a la aseguradora financiera AIG, acuñándose la expresión 'too big to fail' ("demasiado grande para caer", en inglés).
Hasta ahora han sido intervenidas Caja Castilla-La Mancha (2009),CajaSur (2010), Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM, 2011) y elBanco de Valencia (2012).
En el caso de Bankia, se ha transformado su deuda de 4.465 millones con el Estado en preferentes por acciones, que computan como capital. Y podría recibir más de 7.000 millones en bonos contingentes convertibles, préstamos de dinero público que deberá devolver pagando un 10% de intereses. Si la situación del banco empeorase, se transformarían en acciones, asumiendo las pérdidas el Estado si no las vende a mejor precio en el futuro.
Respecto al descalabro de la banca española, aunque Bankia ha perdido un 53% de su valor desde su salida a Bolsa en julio de 2011, este viernes repuntó un 23,5% en el parqué, prueba de la especulación -y la incertidumbre- sobre este valor.
Asimismo, pese a las dudas sobre España, el sistema financiero español mantuvo sus depósitos estables durante el primer trimestre. Los 1,164 billones de euros de marzo supusieron un 0,69% más respecto a febrero y un 0,48% frente a diciembre.

Situación de Europa

El fracaso al formar gobierno en Grecia ante la división política sobre los recortes ha obligado a convocar nuevas elecciones en junio. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional ya contempla una hipotética "salida ordenada" de Grecia de la moneda 'única', algo que sería "extraordinariamente costoso y presentaría grandes riesgos", pero para lo que ya se han preparado 'cortafuegos', como los 700.000 millones del nuevo fondo de rescate, de los cuales unos 200.000 ya han sido utilizados.
"Es bastante posible la salida de Grecia del euro, pero la moneda no va a desaparecer porque apenas representa un 2% de toda la Eurozona", recuerda el economista de IE Business School. "Va a sufrir la sociedad griega, pero ya están los cortafuegos diseñados para evitar su contagio a otros países", añade.
A diferencia de Grecia, incapaz de asumir sus ajustes tras prometérsele dos rescates, otros países ayudados si han logrado ajustar sus cuentas: Portugal, que recibió 78.000 millones y cuyo PIB apenas cayó una décima en el primer trimestre; e Irlanda, un caso 'parecido' a España, cuyos 85.000 millones sirvieron para sanear a su banca, también atrapada por el 'ladrillo'.
Las turbulencias sobre España se notan en que su prima de riesgo está a niveles históricos tras alcanzar los 500 puntos respecto a Alemania, país al que fluye el dinero de los inversores para resguardarse de sus socios.
"Seguimos la prima de riesgo como un partido de fútbol", afirma Martínez Lázaro. A pesar de la desconfianza, el Tesoro Público consigue financiarse en los mercados, algo a lo que han ayudado tanto las sucesivas reformas y el compromiso del Gobierno para reducir el déficit como, sobre todo, la inyección masiva de dinero del Banco Central Europeo (BCE) en el sistema financiero, que paga un 1% de interés al organismo monetario y gana muchísimo más por la rentabilidad ofrecida por los miembros de la Eurozona.
De los aproximadamente 110.000 millones de euros de deuda que quedaban por vencer este año a partir de marzo, España ya había conseguido la mitad financiándose en los mercados.

La crisis argentina

El concepto de 'corralito' lo acuñó el periodista argentino Antonio Laje en 2001. Tras años de inflación a cuatro dígitos, Argentina introdujo el Plan de Convertibilidad en 1991 para ligar el peso al dólar, lo que ayudó al país a experimentar el mayor crecimiento de la región en los noventa. Sin embargo, según el Fondo Monetario Internacional, ello fue acompañado de "una política fiscal débil, la creciente sobrevaloración de la moneda y una insuficiente flexibilidad interna".
Argentina, según el FMI, se endeudó por la "falta de disciplina a nivel provincial" y la excesiva dimensión de su sector público, cuya remuneración media sobre el sector privado se disparó del 25% al 45% entre 1994 y 1998.
A diferencia de los países industrializados, Argentina tenía menos capacidad de recaudación y gran parte de su deuda estaba en divisas extranjeras. Atado por el dólar, el Gobierno tuvo dificultades para financiarse y su deuda se disparó del 50% al 130% del PIB entre 2000 y 2001.
En junio de 2001 se pidió ayuda al FMI, que exigió a cambio austeridad al gobierno de Fernando de la Rua. "El paquete financiero no concedió más que un breve respiro", recuerda el organismo, que pidió reformas y poner fin al Plan de Convertibilidad, algo que no se cumplió.
La desconfianza provocó la fuga masiva de capitales de la banca argentina. Por ello, De la Rúa decretó en diciembre el 'corralito', limitando a 250 pesos por semana la retirada de dinero en una época con menos medios telemáticos que hoy.
Tras dos cambios de Gobierno y realizarse la mayor suspensión de pagos de la historia, Eduardo Duhalde instauró en enero de 2002 el 'corralón'. El tipo de cambio se fijó originalmente en 1,4 dólares y se pesificaron las deudas. Más tarde la diferencia entre ambas divisas sería del triple. A finales de 2002 se levantó la prohibición y el Plan de Convertibilidad.
El corralito y la inacción empobrecieron a Argentina. Según los datos del FMI, sólo en el primer trimestre de 2002 cayó el PIB un 15% interanual y la inflación se disparó un 30%. Más tarde serían tres dígitos.

Irlanda

El caso español sería más parecido al de Irlanda. Afectado por otra 'burbuja inmobiliaria', el Estado tuvo que rescatar a su banca para garantizar los depósitos, lo que disparó el déficit por encima del 30% del PIB en 2010.
La Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional ayudaron a Irlanda con un préstamo de 85.000 millones de euros a devolver en tres años. A cambio se le exigió un ajuste que incluyó la subida del IVA y la supresión de 25.000 empleos públicos.
Como defiende el Banco Central Europeo, una vez estabilizada la banca mejoró la economía. Pese a la 'medicina' pedida por la Eurozona, Irlanda creció un 0,7% en 2011; su déficit fue reducido al -13,1% del PIB; su coste laboral bajó un 4,6% y su tasa de desempleo se situó en el 14,4% de la población activa.
En un caso extremo como éste, España podría acudir al fondo de rescate para recurrir a los bancos, pero debería ser replanteado por la magnitud del país y supondría un gran sacrificio. "Si vienen otros a hacer el Presupuesto verán lo que es un ajuste", advirtió en su momento el ministro de Economía, Luis de Guindos.

martes, 15 de mayo de 2012

Y la prima de riesgo, rondando los 500.


Mientras miles de pymes y autónomos han echado el cierre, las entidades bancarias, responsables en gran parte de la crisis, han sobrevivido gracias a la ayuda pública

1. Nuestros líderes políticos dicen una cosa y hacen la contraria. Antes de vivir en el Palacio de La Moncloa, Mariano Rajoy prometió una y otra vez que no subiría los impuestos. Y eso es lo primero que hizo tras reunir a su Consejo de Ministros.
2. Nuestros líderes políticos defienden una idea cuando están en la oposición y la contraria cuando gobiernan. Zapatero subió el IVA cuando mandaba y ahora el PSOE carga contra Rajoy sólo por reconocer que, si es necesario, elevará el mismo impuesto en 2013. Ahora, el Gobierno popular acusa a la oposición socialista de no arrimar el hombro; es, exactamente, el mismo reproche que tantas veces le lanzó Zapatero a Rajoy en el Parlamento. El PP no arrimó el hombro en su día, como tampoco piensa hacerlo hoy el PSOE.
3. Nuestros líderes políticos pregonan la máxima transparencia pero se esconden cuando arrecia la tormenta. La reciente imagen de Rajoy huyendo de las cámaras en el Senado aún perdura en la memoria de los mercados. También su intención declarada de hacer lo contrario de lo que dijo que haría si la circunstancias lo exigen. Los mercados no olvidan ni perdonan. Y el dinero huye de la indecisión y las dudas. Ahí está el Ibex, por debajo de los 6.000 puntos. Y la prima de riesgo, rondando los 500.
4. Nadie, ni el Gobierno, ni la oposición, ni el Banco de España, ha admitido errores ni responsabilidad alguna en la gestión de la peor crisis desde la posguerra. Los políticos no han sido capaces de alcanzar pactos de envergadura, pese a que el país se despeñaba en una doble recesión, la primera de nuestra historia. Tampoco los supervisores. ¿Cómo es posible que el Banco de España no descubriera que Bankia tenía una agujero tan grande que la abocaba a la intervención del Estado?
5. El crédito, el combustible de la economía, sigue sin fluir, a pesar de que el Gobierno ha inyectado miles de millones en el sector financiero. Sin crédito nunca remontará la actividad de las pymes, que conforman la mayor parte del tejido empresarial español.
6. Los políticos siguen atrincherados en las cajas de ahorros. El profundo proceso de reestructuración bancaria no ha servido para profesionalizar totalmente los órganos de gestión de muchas entidades. En los consejos de las cajas siguen sentándose 200 personas cuyo único mérito es pertenecer a un partido político o un sindicato.
7. Mientras miles de pymes y autónomos han echado el cierre, las entidades bancarias, responsables en gran parte de la crisis, han sobrevivido gracias a la ayuda pública. Los Gobiernos del PSOE y del PP no han dejado caer a ningún banco ni caja. Bankia no podía quebrar, por su riesgo sistémico, por la amenaza que entrañaba sobre todo el sistema financiero. Pero otras entidades de tamaño reducido, como CCM o CajaSur, han sobrevivido como si nada hubiera ocurrido, sin que sus responsables hayan pagado por el desastre. Es más, algunos de sus directivos no dudaron en adjudicarse hasta pensiones vitalicias para capear sin sobresaltos lo que queda de crisis. Que se lo digan a María Dolores Amorós, uno de los cerebros de la intervenida CAM.

8. Las decisiones de nuestros gobernantes siguen tomándose a golpe de prima de riesgo. Los mercados continúan imponiendo un marcaje férreo y se sigue respetando de forma reverencial la opinión de las agencias de rating, que no olieron en su día la burbuja inmobiliaria que desencadenaría la crisis. Algunas de las reformas adoptadas por Zapatero y Rajoy se han ejecutado de manera precipitada, a modo de urgente sacrifico para frenar la escalada del precio de la deuda. No se puede alimentar el tren quemando los vagones y hasta la locomotora. Porque el tren acaba parándose, como nuestra economía. Mientras tanto, la prima de riesgo seguirá subiendo.
9. El Ejecutivo de Rajoy ha tomado decisiones dolorosas pero, en la mayoría de los casos, necesarias, dada la situación de emergencia que vive el país. Sin embargo, no se ha atrevido a afrontar, de momento, el problema estructural de nuestra economía: el insostenible Estado de las autonomías. Por más que el Gobierno recorte el Estado de Bienestar, los mercados no nos darán una tregua, mientras persistan las dudas sobre las cuentas autonómicas y la negativa de los gobernantes autonómicos a hacer piña y apostar por un futuro común.
10. Sigue intacto el Estado autonómico y, con él, organismos que aportan poco y cuestan mucho. Ahí están las embajadas regionales en el extranjero. Y los coches oficiales. Y los patrocinios. Y las subvenciones más bochornosas con cargo al presupuesto.
11. No sólo perviven organismos cuestionables en el mapa autonómico. El Senado sigue abierto sin que nadie se atreva a acometer una profunda remodelación. También las diputaciones. Y, por supuesto, los sobresueldos de diputados y ex altos cargos. Eso no cambia. Ni probablemente cambiará. Porque a ninguno de los dos grandes partidos le interesa.
12. Infinidad de políticos locales, al igual que los regionales, llevan años mirándose el ombligo. Viviendo en otro planeta. Subvencionando hasta la entrada de la piscina y engordando la plantilla municipal con puestos irrisorios. La deuda de los ayuntamientos ha crecido un 20% durante la crisis. Al Gobierno no lo quedará más remedio que fusionar consistorios a la fuerza para reducir costes. ¿Veremos a algún alcalde esposado al sillón del pleno cuando le pongan le echen el candado a su ayuntamiento?
13. Las grandes víctimas de la crisis, los que han pagado los errores de otros, han sido, una vez más, los ciudadanos. Por tres vías: el paro, las subidas de impuestos y la pérdida de derechos. Todas las rentas familiares, sobre todos las bajas y las medias, están pagando la factura. Y lo que nos queda.
14. Los ciudadanos son iguales a la hora de arrimar el hombro y sufrir los ajustes, pero no para emitir el voto. El voto de los españoles no vale lo mismo. De lo contrario, probablemente variarían los resultados de las urnas. Y nuestros políticos afrontarían el futuro con otra actitud.
15. Los ciudadanos hemos permitido que nuestros gobernantes -nacionales, autonómicos y locales- nos compren con recursos baratos. Con subvenciones y facilidades insostenibles. Hemos vivido en el mundo artifcial que nos han creado, con miedo a mirar al futuro. Hemos pensado y actuado como ellos. Y el pan gratuito de ayer se ha convertido en hambre hoy. Los políticos no han estado a la altura de las circunstancias. ¿Y nosotros? Tampoco. El mea culpa es necesario. No servirá para borrar el pasado, pero sí para empezar a cambiar el futuro.

lunes, 14 de mayo de 2012

Museo del parado.

Museo del parado.
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Sapin ha recordado la promesa electoral de Hollande de reducir el 10% de la actual tasa de desempleo y ha hecho saber que no solo será “extremadamente caro” despedir para hacer subir la cotización bursátil sino que a General Motors se le va a hacer entender “que hay una cierta moralidad en la vida económica, que respetar a los trabajadores es uno de los valores de una gran compañía”